La situación es dramática. El mundo del fútbol gira alrededor de Palermo. La lluvia, el algodón en la nariz, el patito de Maradona, el gol de media cancha de cabeza. Como el mismo dijo en el festejo: “Esto es una locura, gracias Dios”. Palermo es indiscutible y es cierto que hace mucho que no sentía adrenalina viendo un partido de la selección.
Pero no quiero emoción, quiero clasificar, no quiero lluvia, ni Maradona haciendo patito, no quiero ridiculez. Quiero ir al mundial. Pero si es así, si tiene que ser así, que así sea y gracias Martín.
3 comentarios:
Mal que nos pese a muchos. Pero esta vez, habrá que hacer la boca a un lado y agradecerle nomás. Esta vez, se lo merece.
el fenómeno palermo es material a entender. pero cuanta emoción. lindo retrato.
Jaja !!! genial
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